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El Brunfelsia australis, comúnmente conocido como Jazmín Paraguayo, es un arbusto perteneciente a la familia Solanaceae. Originario de América, este arbusto destaca por sus vistosas flores que cambian de color, pasando de morado a blanco a medida que maduran. Su fragancia encantadora y su adaptabilidad hacen que el Jazmín Paraguayo sea una elección popular en jardines y paisajes, aportando belleza y aroma a las regiones donde prospera.
En cuanto a su época de floración, esta planta generalmente florece durante la primavera y el verano, aunque puede producir flores de manera intermitente durante todo el año en climas cálidos y tropicales.
Iluminación: Prefiere una ubicación con luz parcial a completa. Puede tolerar algo de sombra, pero una exposición moderada al sol favorece la floración abundante.
Riego: Mantén el suelo uniformemente húmedo, especialmente durante períodos de floración activa. Evita el encharcamiento y permite que la capa superior del sustrato se seque ligeramente entre riegos. Ten cuidado con el agua estancada en el platillo de la maceta.
Temperatura: Se adapta bien a climas cálidos y templados. Protege la planta de temperaturas extremas y corrientes de aire frío. No es resistente a las heladas.
Tamaño de la maceta: Utiliza una maceta con buen drenaje. Aunque el Jazmín Paraguayo puede crecer en macetas, elige un tamaño que permita un desarrollo saludable de las raíces. Considera el riesgo potencial de ingestión accidental y asegura que la planta no sea accesible para niños o mascotas.
Altura total: Puede alcanzar alturas de 1 a 3 metros, dependiendo de las condiciones de crecimiento y el cuidado. Poda ligeramente para mantener su forma y controlar su tamaño.
Consejos: Ten en cuenta que el Jazmín Paraguayo es conocido por ser tóxico. Evita el contacto con la savia y las partes de la planta, y asegúrate de mantenerla fuera del alcance de niños y mascotas. En caso de ingestión accidental, busca atención médica de inmediato. Disfruta de la belleza de la planta, pero hazlo con precaución.